- ¿Qué me apasiona en la vida? como servirle a la sociedad… pues, si yo estoy sin hacer nada me siento triste.
Don Jorge, el artesano detrás de nuestros bolsos.

Hoy queremos hacerle un homenaje a ese hombre que nos alegra los días en el taller con sus historias, al que detrás de cada corte y puntada pone toda su experiencia y dedicación para que estas se vean reflejadas en nuestros productos, al que pasa de Chopin a Guns N' Roses con la facilidad que cambia el clima en Medellín; hoy queremos hacerle un homenaje a nuestro don Jorge.


Cuando iniciamos con este proyecto sabíamos que habían unos innegociables: resaltar y honrar el campo Colombiano era una prioridad, como también lo era que todo lo que hiciéramos tuviera el mismo cuidado y sutileza que tienen los cafés especiales, que cada fibra de nuestros costales fuera exaltada como la más bella obra de arte y sabíamos además que, para lograrlo, tendríamos que encontrar las manos correctas, unas manos que vibraran con nuestro sueño y que quisieran plasmar todo lo que nos mueve en objetos que tienen y cuentan historias.

A don Jorge lo conocimos por una de esas casualidades del universo, acá si cabe decir lo que es pa’ uno es pa’ uno y aunque ni te quites. Su sobrino vio nuestra convocatoria, se la envió y fue él mismo quien nos escribió para agendar la entrevista de su tío. Cuando le preguntamos hacía cuánto había aprendido a coser, nos dio a entender que es una de esas cosas que pareciera se han sabido desde siempre, como si hubiera nacido con un pie en el pedal y las manos guiando telas. Fue conexión a primer encuentro y desde ese día ha sido el par de manos principales detrás de cada una de nuestras creaciones.

Si tuviéramos que hacer un breve resumen de él, podríamos decir que en otra vida debió ser ingeniero, que el orden lo caracteriza y que sus manos son el sinónimo de la palabra precisión, esa que logra que en cada cada molde, corte y puntada queden en el lugar preciso, ni más allá ni más acá, donde es. Nuestra teoría es que esa destreza se debe a todos los años que trabajó rectificando motores, labor que disfrutaba y le hacía feliz… ah, pero si de disfrutar se trata, nada le hace tan feliz como nadar, sumergir su cuerpo y aguantar la respiración bajo el agua es probablemente su gran pasión. Vivió en Panamá varios años. Se casó, se divorció y se volvió a casar, tiene tres hijos. Siempre escucha música (Siempre), un día es música de cámara y al siguiente la x medellín, esa emisora de pop anglo que nos hace cantar a dueto con Dua Lipa y Miley Cyrus. Si te descuidas ya te está contando alguna historia y cuando está Angélica -quien nos ayuda con el aseo del taller- no hay poder humano que pare las horas y horas de tertulia que se arman entre ellos dos.



Hoy a Don Jorge queremos agradecerle por atreverse a soñar con nosotros, por darle a Manso un pedacito de su alma, por recorrer este camino a nuestro lado y sobretodo, por enseñarnos que de la carrera no queda sino el cansancio. Que las cosas pueden -y deben- hacerse bien, y que, cuando salen mal, siempre hay un madrazo que reduce la frustración que causa el error.

 

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