Hablar de mujer y café quizás suene -al menos en un principio- como una mezcla inusual. Sin embargo, según la SCA - Asociación de Cafés Especiales - las mujeres proporcionan hasta el 70% de la mano de obra en procesos como el cultivo y la cosecha, y 20% al 35% de las fincas familiares productoras de café están encabezadas por mujeres agricultoras. Así que hablar de mujer y café es como mínimo, necesario, y una oportunidad para resaltar y honrar las diversas labores que cumplen las mujeres en el campo colombiano. Además, es también preciso hablar de la desigualdad y de la constante invisibilización que históricamente ellas han vivido en este gremio.

Su labor no se remite únicamente al trabajo en los cultivos. En el campo son ellas también las encargadas de garantizar la alimentación de todos los trabajadores y de mantener los espacios que comparten en el mejor estado. Son las primeras que despiertan y las últimas que se acuestan, son las encargadas de hacer el agua de panela, los fríjoles y el sancocho; las que lavan la ropa, barren y sirven la mesa. Suelen ser la columna de los hogares y son también la cara amable después de las largas jornadas.


Pero sabemos también que ese trabajo en muchas ocasiones no es reconocido. Suelen tener niveles muy bajos de escolaridad y cuando son ellas las dueñas de los cultivos, generalmente estos tienen menores niveles de productividad ya que tienen menor acceso a información y a créditos bancarios que les faciliten la inversión para mejorar sus procesos y producto final. En términos de la comercialización del café, por lo general es una función que ejercen los hombres ya que es a quienes se les da el mejor precio y a quienes culturalmente se les relaciona con la labor de negociar.

Sin embargo, diferentes iniciativas alrededor del mundo y en Colombia buscan que las mujeres agricultoras tengan mayor independencia y control tanto de sus tierras como de sus ingresos. Por ejemplo, en Perú, “Café Femenino” agrupa más de 803 mujeres productoras de café. Este se exporta a países como Australia, Inglaterra y Estados Unidos. Además, la presencia femenina en campeonatos de barismo alrededor del mundo, aunque es significativamente menor a la de los hombres, ha aumentado en los últimos años.


En Manso creemos que las diferencias son las que nos unen y nos permiten encontrarnos en las raíces que compartimos. Aquí creemos en los sueños de todos, en que cada uno de nosotros puede aportar para que tanto hombres como mujeres, niños o adultos tengan una vida digna; creemos en el trabajo justo, en las empresas que trabajan para impactar positivamente sus territorios y sabemos que el futuro sólo es, si es sostenible.


Por eso esta es nuestra invitación a consumir más local, a apoyar desde nuestro quehacer diario a las pequeñas y medianas productoras de café, y de tantos productos en los que el campo colombiano es tan rico, a trabajar en conjunto con artistas y emprendimientos locales y en dar lo mejor de nosotros para generar bienestar en nuestra tierra.

 

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